Reseña: Capitán Fantástico

Le traía bastantes ganas a esta película desde hace mucho, y es grato poder palomear como cumplido algo de tu lista llamada «Lo que le traigo ganas desde hace mucho»; aunque sea una película y no tus pendientes más urgentes de hace años.

Pero el post es sobre la película, que no sobre mis pendientes; y de la película les puedo decir que es sensacional: si te dejas llevar por ella te encontrarás de repente queriendo estar en el papel de Viggo Mortensen y volverte un Capitán Fantástico para tus hijos y para la mujer que amas.

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Viggo es Ben Cash, una especie de hippie que ha criado seis hijos hippies en el corazón de un idílico bosque, formando un clan que lo mismo aprende de caza salvaje a cuchillo limpio, arma tertulias literarias a la luz de una fogata con metas semanales de avance por capítulos, celebra el Día de Noam Chomsky o los lleva a entrenar cuesta arriba de su campamento que, no se engañen, cuenta con todo el alimento cultural que un individuo humano pueda necesitar.

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El encanto de andar sin celular

Nunca he sido bueno para andar cargando celular, por alguna razón este suele desprenderse de mí queriendo buscar una emancipación de mi dominio.

Y no suelo tratar con delicadeza a los celulares que han pasado por mis manos, entre mis empeños malabaristas frustados y las carreras para llegar a algun lugar el celular salía disparado del bolsillo para inexorablemente caer en el piso, rompiéndose la carcaza, una tecla, cayendose el botón de navegación, desprendiéndose la tapa, etcétera.

Es por ello que en este momento y desde hace casi tres meses ando a raíz, digitalmente hablando, relojes nunca he usado, mi etapa de pulseras quedo en la ultima borrachera que me puse hace años con la red que recubría la botella del Terry, mi reproductor de música solía ser mi fiel celular benq siemens antes de que, por supuesto, se estropeara el plug de los audifonos. En una etapa consumista quise tener algún producto de la manzanita.

Pero nada, ahora solo en mis bolsillos llevo mis llaves, de vez en cuando mi cartera pues no me late que me apriete la parte del muslo en mis pantalones, las muñecas en mis manos van desnudas y ningun colguije pende de mi cuello. Y se siente bien, se siente super nada más andar cargando una libreta o libro en la calle, aunque a veces tenga que usar la táctica trailero y colocarlo atras en el pantalón cuando tenga que usar los dos brazos.

Andar desconectado tiene muchas desventajas, laborales y familiares, pero en compensación tienes un enorme tiempo para acabar de caerte bien contigo mismo, descubres el placer morboso de viborear y ver como te veías cuando caminabas cual zombie led mirando unicamente la pantalla de tu cel, y sentirse completo al salir de casa sin angustiarse por olvidar el móvil es bastante reconfortante, porque al quitarte ese apendice telefónico vuelves un poco mas en tí.

Sin duda volvere a tener uno, pero no me apuro, de momento con el mundo disminuido en velocidad en torno mío me siento bien, en música ambiental durante el viaje en colectivo me conformo con el empático amigo o amiga que pone su sonido dolby surround chafa en el asiento de adelante. Creo que muchas veces un «Back To Basics» no cae nada mal así que mientras pueda y no me acarree conflicto continuare disfrutando el mío.

Los niños llorones de Bruno Amadio

La pared del dormitorio de mi abuela engalanaba uno de estos cuadros de niños con tremendos lagrimones, recuerdo un tiempo en el que los veía en diferentes lugares, el patrón que se repetía en muchas de las habitaciones donde había niños llorones es que en las casas prevalecía un ambiente lúgubre, en salones oscuros y fríos, precisamente la casa de la abuela con sus figuritas de porcelana, esos cuadros pertenecían al cliché de las tías solteronas, con cuadros llorones, muñequitos de porcelana y gatos por doquier.

Yo, de niño, pensaba que el infante retratado me seguía con la mirada, hay quien comenta que ha visto esos niños en sus sueños, y algunos dicen que de noche cerca de los cuadros se escuchaba un llanto infantil. Logró rememorar que no me gustaban, y aun hoy al verlos siento cierto escalofrío, quizá en un anclaje emocional a aquella impresión infantil que me remite al cuadro viejo, roído y mohoso.

En internet, esa enorme fuente de información y especulación, cuentan que estos cuadros están malditos, que su autor, conocido como Bruno Amadio, vendió su alma a áquel que gusta de comprarlas para que su obra fuera popular y por esta razón sus pinturas se multiplicaran por doquier. Las leyendas urbanas narran que las casas donde había esos cuadros ardían estrepitosamente, reduciéndolo a cenizas excepto por supuesto el cuadro del niño o de la niña que también hizo, el cual permanecía sin daño aparente.

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Sonidero: Canciones mexicanas relativas a la ciencia

Sonidero: Canciones mexicanas que tienen algo de ciencia en su letra.

Es bien cierto que las canciones populares reflejan la cultura del país que las reproduce, así pues me puse a pensar sí hay canciones hechas por compositores mexicanos que giren en torno a algún celebre científico mexicano, algún término relacionado con la ciencia, algo de lo que hayamos aprendido en la escuela. ¿Hay alguna canción que celebre a Guillermo González Camarena, una que cite a Rodolfo Neri Vela, alguna que mencione a alguna universidad más allá de echarle porras? Piensen un instante en ello, ¿Hay alguna canción norteña, de mariachi, danzonera, huapango que hable sobre algún evento relevante científico? ¿En el pasito duranguense podemos percibir algún asomo de conocimiento? Alguna, espero, debe de existir.

Esto viene a cuento porque la revista “Ciencias” del mes de Diciembre de la facultad de ciencias de la UNAM, publica un estupendo artículo del físico brasileño Ildeu Moreira de Castro profesor de la Universidad Federal de Río de Janeiro sobre la incursión de la ciencia en canciones populares de su país, y menudo detalle hace de las marchas y canciones de samba a lo largo de los años, e incluso sobre representaciones alusivas a la ciencia montadas en el carnaval de Río de Janeiro, si quieren leer el texto completo lo encuentran aquí.

Por eso y pensando si en México encontramos canciones que hablen de ciencia o ya siquiera mencionen términos científicos en sus letras, me di a la tarea de buscar si yo mismo tengo alguna canción de ese tipo, encontrando que son contadas con la mano. Para extender un poco más la lista, procure rebuscar en mi memoria para tratar de encontrar otras. De esta manera las canciones con las que me tope usan solo algunas palabras técnicas como elemento de la canción y en otras se mencionan solo ocurrentemente. Atención que solo hablo de autores o bandas mexicanas, en el espectro musical latinoamericano encontré muchas más, por mencionar solo algunas, “Ya no se que hacer conmigo” de El Cuarteto de Nos, “Cumbiera Intelectual” de Kevin Johansen o hasta “Lady Blue” de Enrique Bunbury.

Así que va una pequeña lista, breve, muy breve, de estas rolas (clic al título y te llevara a la canción en turno).

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4 post en 2010

Suena patético… y lo es, pues de los cuatro del año pasado tres de ellos fueron en Enero lo que muestra mi falta de compromiso con lo blogger y que soy del tipo que sale a correr la primera semana del año para olvidarlo los restantes 358 días.

Para justificarme puedo decir que el 2010 transcurrió en una palmada, tris, zuuuum, kaboosh y me capturo trabajando fuera de oficina y sin acceso a internet, aunque fue un año muy bueno, eso sí, justo como los demás.

Lo curioso es que la entrada que mas comentarios ha tenido ha sido la del mal de ojo en los niños, del 2008, ahora entiendo porque en la encuesta del Conacyt sobre la percepcion de la Ciencia y Tecnología menciona que el 83.6 % de los mexicanos «confiamos demasiado en la fé y poco en la ciencia». Procurare ahondar en temas de investigación y bobadas que merezcan que otras dos personas lo lean.

Esto es lo primero del 2010, vamos a echarle más ganas para postear pronto y con contenido.

Por cierto, ¿recuerdan Windows Live Spaces? La apuesta de Microsoft por entrarle a la blogosfera seduciendo a todas los que tuvieran su correo en hotmail, y que resultaba en una inmensa coleccion amorfa de blogs sin sentido y en su mayor parte babosos, pues yo era uno de los que tenía uno de esos blogs sin sentido y en el 100% babosos, y ahora que quise ver que había sido de ese sitio y si aun seguía colgado por ahí me encontre con la novedad de que puedes migrar tu espacio a WordPress así que para no perder esa parte de elfo que tuve en el segundo lustro de este siglo todas las entradas de la cuenta de Spaces las he migrado a este blog, así que si van a la primera entrada de este sitio, encontraran una polaroid textual mía en el lejano año del 2005, y de ahí en adelante una muestra cual si fuera proyector de negativos (por aquello de lo antiguo) de lo que fui cuando acabe la uni.

Citando uno de los múltiples oficios que realice este año donde infamemente recurrí al Ctrl+C – Ctrl V e me despido de la siguiente manera: Sin más por el momento, quedo como su amable servidor en espera de que la presente les haya sido de utilidad.

Steal My Sunshine

Hoy 9 de Enero del 2010 el hemisferio Norte esta bajo una inusual ola de frío, aca en México andamos de 3 a 4 ° Celsius, asi que el clima en estos momentos nos ha dejado sin rayos de sol, es por eso que para equilibrar un poquito las cosas, dejo una rolita ideal para calentarnos un poquito, evocación de playita y lugares cálidos.

Len – Steal My Sunshine

 

Zas.

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